02/03/2022
"El IPM es un gran aporte a la transparencia en la gestión pública"
Transcripción de la entrevista publicada en la Revista Dimensiones
“El IPM es un gran aporte a la transparencia en la gestión pública“
Iván Ojeda, licenciado en Administración por la Universidad Nacional de Asunción y especialista en Gobernanza, Gestión Política y Gestión del Sector Público por la Universidad George Washington, es el primer Director del recién creado Instituto Nacional de Estadística (INE) de Paraguay. Al aceptar este nombramiento, Ojeda asumió un doble desafío: fundar esta nueva institución y apoyar el proceso de elaboración del nuevo Índice Nacional de Pobreza Multidimensional (IPM) en Paraguay. En esta entrevista, Ojeda habla sobre los principales desafíos que implica la creación del IPM de Paraguay y su importancia para las políticas públicas.
¿Cómo fue el proceso de creación del MPI?
El proceso de creación requirió cerca de dos años de intenso trabajo. En primer lugar, se amplió el Comité de Pobreza, para enfrentar el desafío de construir el IPM, con la participación de organismos gubernamentales paraguayos, hacedores e implementadores de políticas públicas, organismos internacionales, centros de investigación independientes en Paraguay y, por supuesto, investigadores independientes que habían estado estudiando el desarrollo de la metodología durante mucho tiempo. Se realizaron 14 reuniones del Comité Técnico General, así como 21 reuniones bilaterales realizadas entre el 18 de mayo de 2018 y el 28 de abril de 2021.
Al conformar el Comité se buscó definir: el propósito de la medición, la unidad de análisis, las dimensiones, los indicadores de las dimensiones, los pesos de cada dimensión, los pesos de los indicadores dentro de cada dimensión, y también la pobreza multidimensional límite. Queríamos identificar quién es pobre en términos de pobreza multidimensional y finalmente definir un plan de comunicación.
Ese fue el proceso que seguimos para concluir con el lanzamiento, donde fuimos honrados y privilegiados con la presencia tanto de Sabina Alkire como de Gonzalo Hernández Licona.
¿Qué desafíos enfrentó al elaborar el Índice de Pobreza Multidimensional?
Muchos desafíos y limitaciones, que van desde las económicas hasta las relacionadas con la metodología, e incluso limitaciones legales en algún momento. Pero los superamos a todos.
Otra limitación fue obviamente el tema de la pandemia. Teníamos planeado lanzar nuestro IPM Nacional un año antes, pero este contexto complejo que vive el mundo hoy en día hizo que retrasamos un poco el lanzamiento. Sin embargo, seguimos trabajando, seguimos con la construcción y validación, y finalmente pudimos hacerlo realidad.
Otro desafío importante que tuvimos fue la demanda de la sociedad civil y la ciudadanía de tener una medición complementaria, o una medición que nos diera una visión mucho más integral del problema de la pobreza en Paraguay. Por lo tanto, nos propusimos tener también estas medidas, para que Paraguay crezca y se consolide con una metodología muy robusta, sólida, y, finalmente, esto también se sumó a otro hito que tuvo Paraguay, que es la modernización de nuestras leyes.
Después de 78 años, Paraguay cuenta con un Instituto Nacional de Estadística (INE). Anteriormente funcionaba como Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, y a partir del 2020, en medio de la pandemia, logramos promulgar una ley, que es una de las más modernas del mundo y de la región, con muchos refuerzos en principios. A través de esta nueva ley, el INE es el ente rector y coordinador del sistema estadístico nacional, lo que fortaleció en gran medida el proceso del IPM.
Y en términos técnicos, ¿se enfrentó a algún desafío importante?
Sí, el mayor desafío era lograr consensos, porque aquí teníamos decisores o instituciones, generadores de políticas públicas, implementadores de políticas públicas, organismos internacionales y también usuarios o investigadores, entonces ese comité ampliado tenía que ponerse de acuerdo. La gran victoria que ha tenido Paraguay es demostrar que podemos coincidir en algunos temas, con miembros de sectores bien definidos, muy diferentes, pero con un objetivo común: brindar al país y a los usuarios una medida complementaria de pobreza monetaria, que es el IPM.
En primer lugar, acordamos las dimensiones. En este sentido, el factor determinante fue identificar la fuente de información. En este caso, la Encuesta Permanente de Hogares es el punto de partida de nuestro IPM, ya que este tipo de encuesta se viene aplicando desde hace algunos años.
Detrás de cada dimensión y detrás de cada indicador, hay una política pública muy específica. Entonces, esta herramienta no solo nos ayuda a visualizar la situación en las dimensiones de Trabajo y Seguridad Social, Vivienda y Servicios, Salud y Medio Ambiente, y Educación, sino que también nos ayuda a monitorear las políticas públicas que pretenden incidir en estos indicadores.
Otro desafío fue el tema económico. A veces era necesario contratar especialistas para cubrir sus gastos de viaje y alojamiento. Aunque OPHI no puso condiciones ni cobró por muchas cosas, hay costos logísticos básicos que deben cubrirse, y organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el PNUD y OPHI ayudaron mucho en este proceso.
Podemos compartir experiencias no solo en la medición, sino también en la implementación de programas, y en la formulación de políticas, para que tengamos el mismo impacto.
El desafío legal fue la creación del Instituto Nacional de Estadística (INE), porque con la nueva ley se aclara, por ejemplo, que el INE es el responsable de la coordinación del sistema estadístico nacional, que tiene la obligación de brindar información al Instituto.
¿Qué usos tendrá este IPM de Paraguay en términos de política pública u otros usos por parte del Estado?
La primera es que hoy, después de 24 años de medir la pobreza monetaria, los usuarios tienen un panorama mucho más amplio del tema de la pobreza.
En segundo lugar, será una herramienta clave para abordar el período pospandemia. Sabemos que tenemos que ir a otro ritmo. Ya no podemos ir al ritmo que venimos yendo, porque hoy el mundo, el planeta, se enfrenta a una crisis mundial, que es la pandemia.
Por lo tanto, tenemos que movernos a un ritmo mucho más rápido, mucho más efectivo, pero para saber a dónde queremos ir, tenemos que tener un punto de partida, y aquí el MPI es de fundamental importancia, ya que nos da una muy línea de base clara. Proporciona a los tomadores de decisiones y formuladores de políticas los elementos, o las dimensiones e indicadores, que deben ser mejorados.
Sabemos claramente que tenemos que ampliar nuestro sistema de saneamiento, o que tenemos que reducir el desempleo, o que tenemos que mejorar la calidad de los materiales de nuestra vivienda, o que tenemos que intentar que la gente ya no viva en casas superpobladas. Entonces, cada institución pública, cada organismo gubernamental y no gubernamental sabrá lo que tiene que hacer y todo estará estipulado.
El IPM es un gran aporte a la transparencia en la gestión pública. Los ciudadanos demandan mayor eficiencia en el gasto público, y el IPM pretende lograrlo. Nosotros, los funcionarios públicos, buscamos una mayor eficiencia en el gasto público, para que los ciudadanos vean y sientan que vale la pena pagar sus impuestos. Actualmente, Paraguay tiene una carga tributaria de alrededor del 13%. Estamos muy por debajo de muchos países, y todavía hay muchas demandas, por lo que este es otro gran beneficio que traerá el IPM.
También nos ayuda a marcar un hito, entonces, ¿por qué no disfrutar de este éxito que hemos logrado después de 24 años? Y también tenemos que destacar la eficacia de la cooperación internacional. Abrirnos, permitir que los organismos y organismos internacionales ingresen a nuestras oficinas nacionales de estadística, o INE Paraguay, y mostrarles de manera transparente todo lo que tenemos, invitándolos a que nos muestren las últimas tendencias en materia metodológica, es también evidencia de que existe una cooperación internacional efectiva y positiva. Para que todos nuestros países puedan mejorar nuestras medidas.
Otro gran éxito, otro gran beneficio o ventaja es que hemos generado capacidad técnica nacional. Gracias a la participación de OPHI, hoy existe en Paraguay una capacidad nacional para el monitoreo o para la evaluación permanente de la medición.
También tenemos los insumos para ser comparables con otros países, y esa es otra gran ventaja, porque si tenemos un problema de materiales de vivienda, un problema de hacinamiento o un problema de saneamiento, podemos preguntar a nuestros países colegas que monitorean esto qué es lo que han hecho para mejorar esta medición. En otras palabras, les decimos “tenemos este problema: ¿qué has hecho para solucionarlo?” y podemos compartir experiencias no solo en la medición, sino también en la implementación de programas, y en la formulación de políticas, para que tengamos el mismo impacto.
Obviamente, hay asimetrías entre países, y hay características muy específicas de cada país, pero también hay problemas comunes. Por ejemplo, está este fenómeno endémico de la pobreza, o el problema endémico del empleo informal en América Latina y el Caribe, donde ronda el 55%. Paraguay tiene hoy una tasa de informalidad del 65%. Estos son problemas comunes a nuestros países. Son desafíos que enfrentamos como país, y también como región.
Estamos muy contentos porque cada día encontramos un nuevo uso para el IPM.